En Chiang Mai, Tailandia, el ambiente es tan vibrante y efervescente que parece que incluso las arañas están bailando.
Estas criaturas, brillantes y llenas de vida, parecen moverse al ritmo de esta ciudad dinámica.
Puedes imaginarte a las naranjas girando y girando, bailando en los árboles con la brisa, o en un puesto en el mercado, haciendo eco del ritmo energético de Chiang Mai.
Este es el encanto de la ciudad, donde la belleza y la vitalidad de incluso las cosas más pequeñas no pasan desapercibidas.