Cuando sienta que no puede controlar la rudeza, el insulto y los ataques de otro, considere lo que sí es posible: Controle su respuesta.
El apóstol Pablo exhorta a los romanos con estas palabras: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Hay mayor poder en la bendición que en la maldición.
Lo bueno es más poderoso que lo malo.